miércoles, 8 de junio de 2011

Los argentinos entre el ludibrio y la eutrapelia



Aquella jueza Barubudubudía

VICENTE MULEIRO
Si la cuestión es cruzar humor con política hubo en este período un episodio que lo tuvo todo: se trató de un sketch de humor televisivo, que fue censurado mediante un fallo que dio risa y, respondido a su vez, por la víctima de la censura - el fallecido actor cómico Tato Bores- con un indudable toque de ingenio.En marzo de 1992, la jueza María Servini de Cubría resultó sancionada por la Corte Suprema de Justicia. Los ministros encontraron que había cometido más de 50 irregularidades en la tramitación de la causa conocida como Narcogate. Para la Corte, esos deslices merecieron una multa de 60 pesos.Si la risa también se origina en las distorsiones que la misma realidad se encarga de repartir, el desfase entre la falta cometida y la multa le entregó a los guionistas de Bores el plato servido. Para registrar el episodio con crítica y humor imaginaron que corría el año 2492 y que la Argentina ya había desaparecido. Un arqueólogo (Helmut Strasse, encarnado por Tato) desempolva un diario viejo, donde se ve la foto de la jueza y se lee que cinco siglos antes, se la había condenado a pagar aquellos 60 pesos. Tato-Strasse duda del valor de ese monto pero después remata: Si se tiene en cuenta la gravedad de lo que cometió, no caben dudas de que 60 pesos eran una fortuna.La emisión del sketch estaba programada para el domingo 10 de mayo de 1992, pero el viernes anterior la jueza interpuso un recurso tras recibir un llamado anónimo y consiguió que se secuestrara el tape del programa Tato de América. Con una celeridad inusual para los tiempos de la Justicia, en el mismo día el juez Hernán Marcó se declaró incompetente y el trámite derivó a la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial, Sala II, que obligó a suspender toda imagen o mención de la jueza Servini. La Cámara no se privó de su propio toque humorístico en la historia al sustentar su determinación con un trabalenguas que daba cuenta del galimatías jurídico en el que se había sumergido. La Cámara consideró que el sketch incurría en ludibrio (escarnio, desprecio) y eutrapelia (virtud de la templanza que modera el exceso de diversiones y entretenimiento).Mientras el caso se agitaba en los estrados y en la prensa, Tato prometió responder con humor a la censura y dos semanas después cumplió: reunió a unas 70 personalidades entre quienes se contaron Enrique Pinti, Gustavo Cerati, Chunchuna Villafañe, Mónica Gutiérrez, Magdalena Ruiz Guiñazú, Jorge Guinzburg, Chico Novarro, Mariano Grondona, Fabián Vena y Luis Alberto Spinetta. Juntos entonaron un canon que decía: La jueza Barubudubudía es lo más grande que hay. Se trató de otro inadvertido aunque flagrante caso de ludibrio, pero esta vez los jueces no alcanzaron a darse cuenta.En setiembre de 1992, la Corte Suprema rechazó por unanimidad la censura previa judicial ejercida contra Tato. Entendió que la Cámara había violado el debido proceso y permitió la emisión de las partes censuradas. En el medio, el actual ministro del Interior y entonces subsecretario general de la Presidencia, Carlos Corach, negó que él hubiera sido el funcionario que alertara a la jueza sobre el contenido del programa. Como suele pasarles a los censores, la jugada se les volvió en contra y la broma tuvo una multiplicada difusión.Fue ése el último y sonoro episodio de censura que padeció Bores, quien exhibió a su personaje en 17 ciclos televisivos marcados por la mordacidad de sus monólogos disparados a toda velocidad detrás de sus anteojos, enfundado en un frac y coronado con una peluca.Bores murió el 11 de enero de 1996. La pobreza vital de los censores acaso resucite en cualquier esquina del aparato estatal dominado por un gobierno de cualquier signo. Así que, como diría Tato, a seguir laburando, vermouth con papas fritas y ­Good show!.

miércoles, 1 de junio de 2011

Recomiendo visitar este sitio de Kevin Kelly

En mi lista de blogs preferidos he incluido el sitio principal de Kevin Kelly.

Como se podra apreciar no todos los KK son abominables.






Homa Barbacana